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Pedimos al universo constantemente y de alguna u otra manera estamos esperando que las cosas se den, sin embargo construimos la forma en que las cosas deben de suceder. Cuando imaginamos algo que deseamos también construimos una serie de “escalones” que marcan la forma en que se tienen que ir desarrollando las cosas hasta llegar a donde queremos llegar. Justo ahí comienza el problema, el universo tiene formas de hacer que las cosas sucedan que trascienden lo que nuestra mente alcanza a ver y entender. Simplemente no alcanzaremos a imaginar la forma en que se desarrollarán las cosas porque lo que nuestra mente sabe y conoce es tan pequeño comparado con las infinitas posibilidades que yacen frente a nosotros.

Entre más nos aferramos a que las cosas se desarrollen de la manera en que las estamos imaginando, más estamos deteniendo y limitando los procesos. Al hacer esto, estamos frenando por completo los mecanismos del Universo y terminamos cerrando las puertas nosotros mismos porque justo cuando está tratando de construir el mejor camino para nosotros, vemos una situación que está completamente fuera del plan que construimos y nos damos la vuelta pensando que tenemos todo bajo control. A lo largo de los años me he dado cuenta que las manifestaciones más maravillosas y mágicas se han dado cuando me permito fluir con el Universo y confío en la comunicación que tengo con esa sabiduría infinita.

Imagen por Christopher Rusev en Unsplash

Creo que cuando somos niños estamos mucho más conectados con ese fluir y permitimos que las cosas se vayan dando de una manera natural. En mi caso, siempre fui un niño curioso que disfrutaba explorar y aprender. Seguir mi curiosidad me llevó a experimentar muchas cosas distintas y aprender muchísimo en el camino, también fue justo lo que me llevó al lugar donde encontré mi despertar espiritual “formalmente”. Lo digo de esta manera porque me queda claro que todos tenemos esa conexión y estamos viviendo nuestro camino todo el tiempo, sin embargo hubo un parteaguas en mi vida que significó un cambio radical en la manera en que vivía.

La vida tiene esos mecanismos maravillosos para llevarnos a donde necesitamos estar, pero para que las cosas puedan suceder necesita de nuestra apertura y colaboración. En el lugar en que menos esperamos encontrar algo es donde muchas veces pasan las cosas. Si estás esperando a que algo completamente nuevo pase en tu vida, seguro que no pasará en los mismos lugares donde has estado durante los últimos 10 años.

“La vida tiene esos mecanismos maravillosos para llevarnos a donde necesitamos estar, pero para que las cosas puedan suceder necesita de nuestra apertura y colaboración.”

En mi adolescencia, después de haber recorrido clases de varios deportes distintos y algo así como 5 instrumentos musicales, tuve la curiosidad de aprender breakdance. Definitivamente no sabía lo que estaba buscando, simplemente fue un llamado interno y encontré una academia donde empecé a tomar las clases. Estuve ahí durante varios meses y desarrollé varias cosas en mí, me queda claro que este periodo fue muy importante en mi camino porque aparte de lo que pasaba en las clases, pasaron cosas en mí durante ese proceso.

Una de las cosas más valiosas fue la conexión que tuve con mi maestro de breakdance, quien en ese tiempo se convirtió en algo así como mi hermano mayor. Cada vez que terminábamos una clase nos quedábamos afuera de la academia sentados en la banqueta platicando por horas. Hablábamos de muchas cosas y de nada al mismo tiempo, él me hablaba de su visión de la vida y yo disfrutaba escucharlo. Él me ayudó a reconocer la manera en que disfrutaba conectar con la naturaleza y reflexionar en ciertos temas que normalmente no podía tocar con otros de mis amigos.

Después de que esa amistad creció durante varios meses, él llegó un día y me contó sobre una experiencia que tuvo el fin de semana. Me dijo lo mucho que lo había disfrutado y la forma en que lo había cambiado. Yo no entendí nada de lo que me trataba de explicar, pero su emoción era tan grande que yo estaba completamente atento a lo que decía. Me habló sobre un curso de Reiki que tomó y me dijo que anotara el teléfono del lugar a donde había ido.

Sin dudarlo le hice caso, en ese momento no sabía de qué se trababa y no logré entender lo que me trató de decir. Estuve en esa academia durante 6 meses y después pasó el tiempo. Un día, en una conversación con mi hermana y dos primas, hablamos sobre experimentar algo distinto y yo recordé que tenía ese teléfono guardado en mi celular. Llamamos y justo tenían un taller ese fin de semana, sin saber a lo que íbamos, nos anotamos en ese taller y fuimos el fin de semana.

Lo que vino después es historia. Estar en ese taller significó mi regreso a casa y mi reencuentro con algo que estaba dentro de mí. Durante el taller no dejaba de sentir algo vibrando en mi pecho con mucha fuerza. Sin lograr entender mucho de lo que nos explicaron en el taller, supe que ese día algo había cambiado aunque no logré imaginarme cuánto.

Fue mi curiosidad la que me llevó a la academia de breakdance y, el permitirme conectar de esa manera con el maestro, abrió las puertas a que por ahí llegara el Universo hacia mí para meses después utilizar ese contacto para despertarme justo en el momento que lo necesitaba y que estaba listo para ello.

Cuando volteo hacia atrás y veo mi historia, me doy cuenta de la magia que requiere orquestar cada encuentro y cada paso del camino. Si tratamos de hacerlo con nuestra mente racional jamás lograremos llegar al potencial que tiene el Universo para hacerlo. Desde mi propia visión, no hay nada mejor que saber que el Universo está conspirando a nuestro favor y permitirnos seguir los llamados internos que nos van mostrando el siguiente paso a dar. Cuando nos permitimos seguir nuestra intuición terminamos llegando a los lugares que necesitamos y con las personas que son perfectas para nosotros de las maneras más ilógicas que podemos imaginar.

Esa es la magia de la vida. Sólo esa sabiduría infinita, que trasciende a la mente racional, podría haber orquestado que mi despertar espiritual llegara a través de mis clases de breakdance.

“Cuando nos permitimos seguir nuestra intuición terminamos llegando a los lugares que necesitamos y con las personas que son perfectas para nosotros de las maneras más ilógicas que podemos imaginar.”

Artículo escrito por José Carlos Martínez, fundador de Norte Verdadero.

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