Sé que no puedo generalizar, pues siempre existen excepciones y cada uno tenemos distintas personalidades, pero me parece que es un rasgo común entre los niños la curiosidad. Ver a un niño explorar el mundo es maravilloso y a mí me resulta fascinante la naturalidad con lo que lo hacen. Pueden mostrar una gran alegría mientras van explorando y aprendiendo, al mismo tiempo que un gran desapego al dejar algo a lo que le perdieron interés, muchas veces sin necesidad de drama.
Esta semana, sin haberlo planeado encontré un hilo o una sincronía entre el tema que venía compartiendo en redes (la incertidumbre) y la meditación que hicimos sobre el niño interior el martes. Cuando inicié el podcast platicaba sobre cómo fue mi encuentro con el mundo alternativo y el momento en que empecé a tomar consciencia de todo esto (puedes encontrar el episodio en este enlace). Pienso que todos tenemos ya esa conexión de forma nata y que de alguna u otra manera siempre hemos estado conectados/despiertos (o cualquier término que prefieras), sin embargo la mayoría vivimos un momento o una serie de situaciones que nos llevan a prestar atención y realmente abrir los ojos.

Imagen por Annie Spratt en Unsplash
Hay muchas historias de personas que “despertaron” a través de la crisis (accidente, pérdida, enfermedad o cualquier tipo de adversidad), sin embargo para mí lo que me trajo fue la curiosidad. Muchas veces me dije a mí mismo “¡qué aburrida historia!” y cuando escuchaba a alguien contar sobre sus historias de tanta adversidad y cómo encontraron la luz al final del túnel pensaba “por qué no tengo una historia así de impactante”.
Recuerdo esto y realmente sonrío al saber cómo ha cambiado mi visión porque ahora estoy enamorado de mi historia. No estoy seguro de en qué momento de mi vida cambió mi perspectiva, pero ahora me queda claro que el mensaje que comparto está íntimamente ligado con mi historia, de hecho así es para todos nosotros.
Nuestra historia viene a ser el contexto que necesitamos para convertirnos en lo que vinimos a ser, para despertar el potencial que buscamos encender.
En mi infancia fui inmensamente curioso, de hecho lo he sido toda mi vida. Es una de las grandes características que agradezco infinitamente porque la curiosidad me ha ayudado a encontrar mi camino y ha guiado mi vida siempre.
“Nuestra historia viene a ser el contexto que necesitamos para convertirnos en lo que vinimos a ser, para despertar el potencial que buscamos encender.”
Hace algunos años me encontré con una plática de Elizabeth Gilbert, escritora de “Comer, rezar, amar”, donde hablaba sobre la curiosidad en las sesiones “SuperSoul Sundays” de Oprah. Escuchar esta plática erizó mi piel y resonó muy profundo en mi corazón porque habla sobre una vida impulsada por la curiosidad (puedes ver su plática en este enlace). Recuerdo ese momento en que sentí como que había descubierto un tesoro, no dejaba de sonreir y repetir en mi interior “¡Sí!”.
Escucharla entrelazar la pasión y la curiosidad fue algo que me sorprendió, pues en mi vida la curiosidad me ha llevado a descubrir mis verdaderas pasiones, mi camino y el lugar en el que me encuentro. Veo a la curiosidad como una voz sutil, amigable y amorosa que me va invitando a los lugares que necesito conocer para encontrar piezas perdidas de mi rompecabezas.
Hay algunas “estaciones” de transición donde simplemente paso a recordar algo y sigo en otra dirección, mientras que hay otras que representan la plataforma para tomar un importante viaje lleno de respuestas.
Seguir mi curiosidad ha resultado muy natural para mí, aunque sé que no lo es así para todo el mundo. En el momento en que podemos regresar a ser como niños se vuelve mucho más fácil.
Desde mi perspectiva una de las cosas que nos limitan a la hora de explorar el mundo es nuestra mente. Escuchamos una voz (la voz del ego) en nuestra cabeza que nos dice todo lo que puede salir mal y todo lo que podemos perder, así terminamos mejor quedándonos en los terrenos conocidos.
Hay una tremenda incertidumbre y sensación de inseguridad y vulnerabilidad al explorar el mundo. Cuando transitamos por caminos desconocidos estamos realmente vulnerables porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Puede resultar mucho más fácil y cómodo quedarnos en los terrenos ya conocidos donde sabemos que estamos “seguros”. Al final, los terrenos que ya hemos transitado los hemos sobrellevado y seguimos vivos.

Imagen por Valentin Salja en Unsplash
Desde el cerebro primitivo buscamos la supervivencia, pero cuando podemos acceder a nuestra parte creativa empezamos a buscar algo que nos lleve más allá. Todos aquellos que desde pequeños pensamos y sentimos que afuera debía haber algo más esperándonos buscamos esa posbilidad de explorar, aún cuando muchos se quedan en el camino auto limitándose. El camino de cada uno es perfecto, me queda claro que la vida no se equivoca y vivimos las experiencias que necesitamos.
Tal vez si estás leyendo este artículo y llegaste hasta acá sea porque una parte de ti (tu parte exploradora) sigue queriendo salir o trata de ganar fuerza en tu vida. Vivir una vida impulsada por la curiosidad significa renunciar, en muchos sentidos, a la sensación de control y estabilidad. La curiosidad nos lleva a cambiar de dirección constantemente, pero nos lleva justo a lo que necesitamos. La curiosidad me ha traído al lugar que se siente como “mi hogar” y me refiero a algo que va mucho más allá de un lugar físico, una persona, una actividad, simplemente a un lugar en mi interior donde me encontré.
Tal vez explorar los caminos externos no nos lleve a algún lugar físico específico, pero nos puede llevar a descubrir ese lugar en nuestro interior que es nuestro verdadero hogar. Cuando nos sentimos en casa internamente, podemos llegar a sentirnos en casa donde sea que nos encontremos. Por lo pronto seguiré eternamente curioso, viendo los regalos que la vida tiene ahí esperando a ser vistos y que ni siquiera llegamos a imaginar.
“Veo a la curiosidad como una voz sutil, amigable y amorosa que me va invitando a los lugares que necesito conocer para encontrar piezas perdidas de mi rompecabezas.”
Artículo escrito por José Carlos Martínez, fundador de Norte Verdadero.

Conoce más de José Carlos y Norte Verdadero
Si nos acabas de conocer date la oportunidad de ir a conocer más sobre nosotros y nuestra historia. Lee sobre nuestra filosofía y la visión de José Carlos para ver si resuena contigo.
Recent Comments