Cuando hablamos de nuestro futuro, muchos de nosotros quisiéramos poder tener seguridad. Probablemente nos sentiríamos mucho más cómodos si pudiéramos garantizar que las cosas van a estar bien, pero en realidad por más que queremos nunca podremos saber con completa seguridad que todo va a “ir bien”.
Hay cosas que pasan, algunas parecen ser completamente predecibles porque simplemente siguen el camino lógico, pero hay otras que de pronto llegan de forma inesperada y le dan un giro radical a lo que estamos viviendo. Podemos llegar a imaginar el futuro si vemos la dirección que lleva nuestra vida, tal vez en algunos momentos las cosas sigan lo que nosotros proyectamos y en otras ocasiones simplemente se transformen por completo.
Cuando hablamos de la voz interior, que equivale a la sabiduría que llevamos dentro, podríamos pensar que nos puede revelar toda la información que queremos o necesitamos. De pronto la intuición nos puede mostrar el siguiente paso en el camino, pero generalmente no alcanzamos a ver el panorama completo. Lo que, aunque a veces resulta frustrante porque tenemos una necesidad de entenderlo todo, en verdad es un alivio y es parte de la diversión. Imagina que ver el panorama completo aquí abajo (en la vida en la Tierra) sería como ver el final de la película antes de tiempo y perderle el sentido a todo lo demás, sería como saber el resultado de un partido de tu deporte favorito justo cuando va empezando.

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Quienes han conectado con su intuición antes y se han dejado llevar por esa voz sutil tal vez coincidan conmigo… la intuición es algo mágico, pero seguirla muchas veces resulta ser un salto de fe y uno de los más grandes retos.
Cuando la intuición te habla inesperadamente, pero de una forma muy clara marcando el siguiente paso a tomar, en muchas ocasiones no te dice por qué ni te dice a dónde te llevará ese camino. Muchas veces me vi pensando que todo iba por el camino adecuado y sí… efectivamente las cosas iban por el camino que tenía que ser hasta que de pronto venía un susurro desde lo más profundo de mi interior diciéndome que era momento de hacer un cambio.
Seguir a nuestra voz interior puede ser fácil cuando nos invita a cosas que nos resultan simples, pero en muchos otros momentos resulta ser un reto total que nos hace ponernos a trabajar en nuestras creencias, apegos y la idea que tenemos de seguridad.
Muchas veces disfruté el proceso de recibir esas señales internas para ir ajustando mi camino, pero en otros momentos resultó ser muy confrontativo. El reto se presentó en los momentos en que venía una voz del interior diciéndome que era momento de soltar una relación en la que me sentía cómodo o moverme de una actividad/trabajo a la que le había tomado la medida.
“La intuición es algo mágico, pero seguirla muchas veces resulta ser un salto de fe y uno de los más grandes retos.”
Después de un tiempo me daba cuenta que efectivamente me había vuelto codependiente en la relación o que mi trabajo se había vuelto nocivo para mí, pero en el momento en que llegaba el susurro de mi voz interior yo no alcanzaba a entenderlo. Algunas veces intenté seguir mi intuición y después me vi dando pasos en “reversa”, volviendo a las situaciones en las que me encontraba antes pensando que estaba escuchando mal. Para mi sorpresa, siempre que lo hice fue justo a partir de ese momento que las cosas se empezaban a “poner feas”. Lo que hasta ese momento había fluído en armonía empezaba a tornarse gris y a complicarse.
Sin importar si era una relación, un trabajo, un lugar o cualquier cosa… a partir del momento en que mi interior comenzaba a susurrarme que era momento de moverme, si yo me aferraba a eso haciendo caso omiso a mi voz interior, las cosas empezaban a ponerse rudas. Con el tiempo aprendí que mi razón podía equivocarse al elegir lo que pensaba que era mejor para mí, porque no alcanza a ver el panorama completo y no alcanza a entender todo lo que está pasando más allá de lo que ve. La que no se equivoca es la intuición, porque está conectada con algo más profundo, más sabio y más elevado de lo que podemos llegar a imaginar.
Es una realidad que la intuición muchas veces sólo se presenta y nos muestra el siguiente paso a dar. La voz interior nos dice qué es lo que sigue sin darnos explicaciones ni garantías. La intuición nos puede llevar directo a la incertidumbre, la certeza la aportamos nosotros al confiar en su sabiduría.
Con el paso del tiempo, después de haberme aferrado a las cosas más tiempo del que mi voz interior me decía, aprendí a confiar cada vez más en esta voz. Me queda claro que aferrarme a esas experiencias fue perfecto porque sólo así pude aprender verdaderamente que aunque mi razón no lo entienda, mi voz interior siempre tiene el camino que es perfecto para mí, el camino que necesito.
Llegó un momento en que pude confiar con mucho más fuerza y tomar las decisiones saltando al abismo y sumergiéndome en las profundidades de la incertidumbre. En esas primeras ocasiones en que pude simplemente saltar y seguir el rumbo que me decía mi voz interior, las respuestas llegaron más adelante. Tal vez en el momento en que llegaba la intuición no entendía el por qué, pero conforme daba los pasos y seguía el camino que me había marcado podía comenzar a comprender las respuestas y los motivos por los que era necesario ir en esa dirección y dejar atrás ciertas experiencias.

Imagen por Warren Wong en Unsplash
A veces es nuestra voz interior la que nos susurra o nos grita llevándonos a tomar decisiones que no esperábamos y que no podemos entender en el presente. A veces es la vida quien toma las decisiones por nosotros y nos lleva por caminos para los que no nos sentimos listos y los cuáles nos cuesta trabajo aceptar. Sin importar quién da el primer paso, lo importante es siempre recordar que la vida nunca se equivoca y claro, la intuición tampoco.
No se trata de que creas en mi palabra, sino que reflexiones en la forma en que tu intuición te ha avisado y te ha mostrado las señales con anticipación. Simplemente somos nosotros quienes nos aferramos a las cosas aún cuando hay una voz dentro que nos pide que vayamos en otra dirección. Recuerda que la intuición te habla y muchas veces no te da explicaciones ni garantías, nos toca a nosotros aportar la certeza al saber que siempre busca llevarnos a lo que realmente necesitamos… aunque algunas veces nos aleje de lo que creemos necesitar.
“La intuición nos puede llevar directo a la incertidumbre, la certeza la aportamos nosotros al confiar en su sabiduría.”
Artículo escrito por José Carlos Martínez, fundador de Norte Verdadero.

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